La nueva carretera central que se construirá con la asesoría de Francia, se constituye en la obra símbolo del Bicentenario de la Independencia que celebramos este año.

Será ejecutada cien años después del primer intento por conectar Lima con la sierra central, se inicia en los años de la pandemia por el coronavirus, y llevará el nombre de Daniel Alcides Carrión, en homenaje al personal médico que lucha en la primera línea de batalla contra el virus que ha puesto de rodillas al mundo entero.
Carrión es considerado mártir de la medicina peruana. Este científico peruano es reconocido por inocularse sangre contaminada para contraer la verruga peruana –ahora conocida como “enfermedad de Carrión- para estudiar su desarrollo y evolución en el infectado.
La nueva vía recorrerá un total de 136 kilómetros y facilitará la integración de Lima y la costa central con la Carretera Longitudinal de la Sierra, que atraviesa los departamentos de Ayacucho, Apurímac, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Junín, Pasco, San Martín y Ucayali.
 
Modernidad y seguridad 
La obra vial mejorará las condiciones del transporte de pasajeros y de carga, reducirá el tiempo de traslado, impulsará las actividades de exportación e importación, permitirá la interconexión con diversas regiones, entre otros beneficios. Además, la ruta contará con viaductos, túneles y puentes. La inversión en esta megaobra bordea los S/ 11 500 millones.
La nueva Carretera Central será una autopista de cuatro carriles, con un diseño muy avanzando de curvas espaciosas y seguras. Contará con 30 kilómetros de túneles para evitar una elevada altitud que facilite el transporte de vehículos.
Salvando tiempo y distancia, esta nueva vía bien podría equipararse con la otrora carretera marginal de la selva, impulsada por el presidente Fernando Belaunde Terry, para conectar al país con las regiones de la selva.
La carretera central, que se construye casi 100 años después de que se intentó unir el centro del país con el puerto del Callao, se iniciará en breve y demorará entre dos y tres años, en función de la planificación que se realice con Francia.
 
Impacto económico y social
Provias Nacional, unidad del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, ejecutora del proyecto, señala que la carretera central es una de los principales ejes logísticos del país, por lo que su nuevo trazo dinamizará la economía del país y su zona de influencia.
Eso se traduce en que habrá una reducción en los tiempos de viaje para el transporte tanto de carga como de pasajeros, y con ello una disminución de los costos logísticos.
Se estima que el tránsito entre Lima y La Oroya se realizará en cuatro horas debido a que la velocidad media pasará de 30 km/h a 60 km/h, duplicándose la capacidad de la vía por el aumento de carriles.
Su diseño permitirá el tránsito de más de 8.000 vehículos diarios, incluidos los de alto tonelaje, en tanto que unos nueve millones de usuarios podrán viajar entre lado y lado, llevando mercaderías de la sierra y selva central, hacia los principales mercados de la capital.

Fuente: El Peruano (Digital)